Después de la crisis, se crea un nuevo equilibrio entre el estado y el mercado. La responsabilidad se convierte en una prioridad. En el futuro, el estado tendrá una mayor participación en asuntos relacionados con la salud pública, la producción de bienes y servicios relacionados con la seguridad y la propiedad de industrias relevantes para el sistema. Esto también significa que, en el futuro, la tendencia de conseguir un bien común vencerá la aspiración de sólo obtener ganancias. Las relaciones entre las empresas, los estados y las personas serán diferentes. La crisis acelera el cambio progresivo de los valores.
Un nuevo contrato entre empresas y sociedad
Se dice que el empresario automovilístico Bill Ford dijo: “Una buena compañía ofrece excelentes productos y servicios, una empresa fuera de serie ofrece excelentes productos y servicios y al mismo tiempo se esfuerza por crear un mundo mejor”. Hay buenas compañías que hoy en día producen y ofrecen excelentes productos . Pero las empresas, que se salen de la normalidad de la excelencia, quieren más. Junto con sus empleados, quieren conseguir un mundo mejor para futuras generaciones. Un término confirma esta tendencia: el “emprendedor de sostenibilidad”. Actúa como un actor político, pero con implicación y compromiso personal. Es ciudadano y emprendedor a la vez. Lo económico se convierte en social y lo social se convierte en económico.
Se trata de un nuevo contrato entre empresa y sociedad. Después del coronavirus, cinco estrategias son particularmente importantes
1. Rigurosa honestidad
En lugar de actuar como comunidades conspiradoras que se aíslan del mundo exterior, las empresas tienen que adaptar su comunicación interna y externa a las reglas actuales de diálogo y cultura del discurso y deben “desnudarse”, lo que significa ser honestas y transparentes.
2. Repensar la sostenibilidad
La sostenibilidad se basa en los tres pilares: ser social, ecológico y económico. . El tema es sopesar las influencias económicas, ecológicas y sociales.
3. Formar coaliciones inusuales
Las empresas deberían ser las primeras en buscar el diálogo social y ponerse en contacto con todos los grupos de interés antes de que estos se fijen en la empresa. Esta es la única forma de obtener retroalimentación en una etapa temprana y descubrir futuras tendencias, formar coaliciones y crear consenso.
4. Innovación a través de la colaboración
Nadie puede solucionar solo los desafíos importantes como el cambio climático, la transición energética, la escasez de trabajadores cualificados y la salud. Se trata de la interacción con otros actores de la ciencia, las ONG y los ciudadanos.
5. Ser más diverso que el entorno
Las empresas necesitan una variedad de diversidad tanto biológica (género, tamaño, edad), social (origen, nivel de educación, ética, religión) como personal (ideas, forma de pensar, estilos y formas de vida ). La diversidad de una organización debe ser aún más diversa que el entorno en el que opera. La ley del teórico de sistemas William Ross Ashby se dice: las empresas sólo sobreviven si su complejidad y variedad es al menos tan alta como la del entorno que las define.
Se trata de un futuro del capitalismo ético y social.
Las expectativas sociales de las empresas aumentarán después de la crisis del coronavirus El economista británico Paul Collier advierte sobre la desintegración de nuestra sociedad: “Es nada menos que del futuro del capitalismo ético y social”. La actuación responsable por parte de la mayoría de las empresas durante la crisis da valor para el tiempo posterior.
Daniel Dettling es un abogado, científico administrativo y político, y futurólogo. Dirige el Instituto de Estudios sobre el Futuro, con sede en Berlín, Alemania. Es columnista de Globality Health y escribe regularmente sobre megatendencias y temas de actualidad.